La educación debe seguir siendo una prioridad política en todos los países

 Alrededor de dos tercios de los niños en países de ingreso bajo e ingreso medio se encuentran en pobreza de aprendizajes. Es decir, no puede leer y entender un texto simple a la edad de diez años.  Esto es inaceptable y una amenaza para las perspectivas de crecimiento y desarrollo en muchos países.  En la mayoría de los países, la educación es un derecho consagrado en las constituciones y es un elemento visible de todas las plataformas políticas.  Sin embargo, este derecho se  cumple sólo parcialmente.

En algunos casos, un servicio educativo de baja calidad genera bajos niveles de aprendizajes, y en otros, la educación básica no es gratuita o la experiencia educativa se ve interrumpida por situaciones de conflicto y violencia.

JAIME SAAVEDRA 23 DE ENERO DE 2023

¿Entendemos el problema?

El problema es la falta de  voluntad política y  de  un entendimiento cabal de la magnitud del problema.  En un estudio de 2021 de Lee Crawfurd et.al del Centro para el Desarrollo Global  se preguntó a funcionarios públicos de 35 países  cual era la proporción de niños de 10 años -en sus  países-  que no podían leer y entender un texto simple.  Dijeron que esa cifra debería ser alrededor del 25%. La realidad era mucho más grave: 47%. No había una conciencia de la magnitud del problema.

SI los formuladores de políticas subestiman la magnitud del desafío, no debería sorprender que los gastos por alumno sean insuficientes  para proporcionar una educación  decente para todos.  Según  el Observatorio del Financiamiento de la Educación 2022  del Banco Mundial y la UNESCO, el gasto anual  por alumno en educación básica en los países de ingresos medianos altos es de  1.080 dólares, mientras que en los países de bajos ingresos,  la cifra es bajísima y llega sólo a 53 dólares. Estas cifras palidecen  en comparación con los 7,800 dólares observados  en  promedio en los países de la OCDE.  Los precios difieren entre países, pero incluso ajustando por esas diferencias, es imposible garantizar una educación  decente con inversiones tan bajas

El factor humano


La tecnología puede apoyar la gestión de sistemas y ayudar a que el trabajo de los profesores sea más eficiente y efectivo. Pero lo más importante para mejorar la eficiencia es asegurarse de que las personas que trabajan en las escuelas y en la gestión del sistema sean las mejores y su trabajo sea el mejor posible.

Los gastos de personal  en el sistema educativo alcanzan entre el 60% y el 90%  de los presupuestos públicos. Así, asegurar el mejor desempeño de estos profesionales es un paso esencial para  mejorar la educación y usar los recursos públicos de manera más eficiente en beneficio de los estudiantes.  La calidad de los maestros y de los profesionales que trabajan en educación, el factor humano, define la calidad de un sistema educativo. Los maestros deben ser capaces de inspirar a los estudiantes, fomentar su creatividad, enseñarles cómo aprender y desarrollar todo su potencial.  No es un trabajo fácil. 

 

Elevar la educación como prioridad política

A pesar de las múltiples crisis que estamos viviendo y los desafíos sociales y económicos actuales, la educación debe seguir siendo una prioridad política en todos los países.  Los sistemas de educación estaban en crisis, y la pandemia la ha agudizado.  Los líderes políticos, las comunidades empresariales, las comunidades educativas y las sociedades en general, deben actuar con rapidez y decisión para recuperar el aprendizaje y reconstruir sistemas que se centren en mejorar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje.  Es una tarea urgente y necesaria de implementar antes de que las pérdidas de aprendizaje de la pandemia dejen una cicatriz permanente en los futuros de los niños y niñas. El momento de actuar es ahora.

JAIME SAAVEDRA 23 DE ENERO DE 2023


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